Los factores de expansión utilizados por CASEN
son explicados en el documento “Fundamentos de la nueva metodología de
calibración de los factores de expansión de la Encuesta Nacional de Empleo”.
Acá se dice que dichos factores están basados en el Principio de
Representatividad, el cual supone que cada individuo en la muestra seleccionada
es un adecuado representante de otros que no están en la muestra. Por un lado, tenemos lo que realmente
observamos en la muestra y, por otro, lo que quisiéramos observar a través de
los representantes. Dicho principio es utilizado de la siguiente forma: un
encuestado hombre de 43 años del sector rural de la Región del Maule con un
salario de $400.000 y cuyo factor de expansión es 80, representa a 80 no
encuestados hombres de 43 años del mismo sector rural y de la misma región.
Este salario es entonces replicado 80 veces en la base de datos.
Veamos el impacto del uso de esta metodología. Por ejemplo, en miles de pesos, los quintiles de la distribución de los salarios observados en los encuestados clasificados como asalariados son 385, 420, 550 y 850, mientras que los quintiles en la distribución de los salarios utilizando dichos factores de expansión y la corrección por no respuesta son 400, 460, 600 y 1000. Como se aprecia, la metodología utilizada por CASEN hace que la distribución de los ingresos se incremente en todos los quintiles. Notemos que mientras que en la muestra el 80% de los asalariados gana a lo más $850.000, utilizando la metodología de CASEN, se concluiría que el 80% de los chilenos y chilenas asalariadas gana a lo más $1.000.000. Así, utilizar factores de expansión para extraer conclusiones de la población, incrementa la percepción de más altos salarios en Chile.
Lo anterior abre la siguiente pregunta ¿Estamos efectivamente frente a una mejora como país o estamos frente a una aparente mejora producto de un supuesto inverificable? Nunca lo sabremos, pues la representatividad es algo que es impuesto como verdadero y sesga a la ciudadanía de cualquier otro escenario para Chile.
La situación mostrada, podría ser un ejemplo de lo que Hannah Arendt señaló en “La mentira en Política”: “La sinceridad nunca ha figurado entre las virtudes políticas y las mentiras siempre han sido consideradas en los ámbitos políticos como medios justificables”.