El director del Instituto de Economía UC, cree que casi toda la cotización adicional del 6% se debería destinar a cuentas individuales. También afirma que el alza en la cotización debe ser aplicada con mucha gradualidad, dado el difícil momento del mercado laboral, y que un incremento extra en la PGU tienen que estar condicionado a un aumento importante en las cotizaciones.
“Me parece que es técnicamente deficiente, porque no mejora las pensiones de los futuros pensionados respecto a las actuales, y eso es algo que muestra, de hecho, el mismo informe de la Superintendencia de Pensiones. Y siento que no ataca los problemas de fondo, como son la informalidad laboral, las lagunas previsionales y las bajas edades de jubilación”.
Ese es el balance que hace el director del Instituto de Economía de la Universidad Católica, Tomás Rau, respecto a la reforma previsional que impulsa el gobierno y que actualmente se está tramitando en el Senado.
¿Cuál debería entonces, a su juicio, la fórmula correcta?
-Si queremos aumentar las pensiones, necesitamos aumentar el ahorro. El tema es, ¿qué preferimos, aumentar las pensiones hoy o futuras? Siempre se habla de mejorar las pensiones para los futuros pensionados. Eso no se está logrando, entonces, si uno mira, por ejemplo, las pensiones hoy cómo se financian, la PGU está financiando un muy alto porcentaje de las pensiones; en el caso de los hombres, sobre un 60%, y de las mujeres, un 85%. Entonces, donde hay que potenciar el sistema es en el ahorro individual. A mi juicio, si vamos a hacer un esfuerzo grande, que no va a ser inocuo, porque aumentar la tasa de cotización no es inocuo y va a tener efecto en el mercado laboral, debiese ser para potenciar el ahorro individual. Esa es mi opinión.
¿Y cómo se pueden mejorar las pensiones de los actuales pensionados, o no lo ve tan necesario?
-Han mejorado mucho gracias a la PGU. Las tasas de reemplazo se pueden calcular de mil maneras, pero si usamos los datos oficiales del informe de la Superintendencia, están ya sobre el 70%. Obviamente, uno quisiera tener mejores pensiones, sí, pero también recordemos que el sistema de pensiones es un espejo del mercado laboral. Entonces, no podemos tener muy buenas pensiones si la densidad, por ejemplo, de cotizaciones promedio de las personas es un 53,8%. Entonces, ¿cómo podemos mejorar las pensiones actuales? Claro, obviamente ahí el Pilar Solidario está haciendo el trabajo, y sí, si se sube la PGU como se ha planteado, a los $250 mil, eso es un aumento automático. Entonces, yo pienso que tiene que ser básicamente financiado con impuestos generales.
¿Subir la PGU no podría hacer también que aumente la informalidad, o que el incentivo a la formalidad no esté bien puesto?
-Sin duda, ese es el gran riesgo. La PGU, como está definida hoy, no exige cotizaciones, ninguna. Entonces, se ha discutido que este aumento debiese estar amarrado a un número de cotizaciones. Pero ahí creo que hay que ser bien claros: aumentos en la PGU tienen que estar condicionados a un aumento importante en las cotizaciones. Y esto ya ha salido, no lo he dicho solamente yo: tenemos un gran porcentaje de la fuerza laboral que no está cotizando por distintas razones. Tenemos los cuenta propia que no están mandatados, y quienes no cotizan son un poco más de 1,3 millones de personas. Tenemos asalariados que no cotizan, que son cerca de 900 mil. Hay otro grupo de informales que son empleadores, hay otros familiares no remunerados, trabajo doméstico. Y si tú sumas todas esas personas, más los desempleados, te da que más de un tercio de las personas no está cotizando. Entonces, hay un riesgo, sin duda, de que la PGU y en general los distintos programas sociales estén desincentivando la formalidad.
Por lo tanto, ¿lo que propone es que el 6% de cotización extra se destine íntegro a cuentas individuales y que la mejora de las pensiones para los actuales pensionados sea mediante PGU?
-Acá lo técnico choca un poco con la realidad política. Entonces, yo pienso que (la cotización adicional del 6%) debiese ir casi íntegramente (a cuentas individuales). Y si como parte del proceso político, una mínima parte de esa cotización se destina a un seguro social y se puede avanzar, bueno, es algo que ahí va a ocurrir en la negociación. Sin duda que las pensiones actuales mejoraron con la PGU. Las tasas de reemplazo aumentaron, financian una parte importante de las pensiones, y un aumento en la PGU va a producir un aumento casi automático de las pensiones actuales y eso con cargo a impuestos generales.
Mencionó que el aumento de la cotización no es inocuo. ¿En qué sentido?
-En que es un impuesto al trabajo. El impuesto al trabajo es básicamente que hace más cara la planilla de los empleadores, y eso también va a traer consecuencias en informalidad y potencialmente en salario y empleo.
¿Cree que hay que revisar que el alza de la cotización sea de un 6%, o ese guarismo está bien?
-La situación del mercado laboral es bien delicada, y esto no es un eufemismo. ¿En qué sentido? Estamos con 8,4% de desempleo. El desempleo, si uno mira una serie larga, viene aumentando desde hace varios años. Estamos con pocas ofertas de trabajo. El último índice de avisos laborales de Internet del Banco Central mostró una nueva caída, en torno a 23% o 25%. Hay menos trabajos, hay más personas sin empleo buscando trabajo. La tasa de ocupación también está más baja que en los niveles de prepandemia, un poco más de un punto. La tasa de participación laboral también está más baja. El mercado laboral no está en un buen pie. Entonces, poner un impuesto alto al empleo por supuesto que trae consecuencias. Y no me cerraría a evaluar esa posibilidad … No sé, tres puntos, cuatro puntos, no lo sé. O ir viendo una gradualidad muy, muy importante. No es llegar y aumentar seis puntos de cotización.
¿6% con más gradualidad, o definitivamente subiría menos la cotización?
-No hace mucho, el proyecto de la presidenta Michelle Bachelet, en su segundo periodo, planteaba 5 puntos, y eran tres a cuenta individual y dos a solidaridad. Sin PGU. Después, en el proyecto del presidente Piñera, eran tres puntos a cuentas individuales y tres a solidaridad. Sin PGU. La PGU vino después. Entonces, pienso que un piso mínimo son tres puntos a cuentas individuales. Uno podría partir así e ir viendo, proyectar un horizonte razonable y reevaluar. Ahora, con lo que cuestan los consensos, con lo que cuesta el proceso político, probablemente eso no ocurra y se decida un monto. Y si ese monto se mantiene en 6%, que al menos es el proyecto actual y que coincide con el proyecto anterior del presidente Piñera, sí, yo soy de los que creen que tiene que ser casi íntegramente, y sino íntegramente, a cuentas individuales, y con mucha gradualidad. El mercado laboral está enfrentando un momento difícil.